20. ¿No es un adiós, es un hasta luego?
Si algo debo destacar del módulo genérico del máster es haber podido estar en clase con gente tan diferente a mí y que, a la vez, me ha aportado tanto. Después de pasar cuatro años de carrera rodeada de los mismos temas de conversación y de personas que, a pesar de ser únicas -evidentemente-, piensan en muchas ocasiones de manera tan similar, resulta muy enriquecedor ver de primera mano las maravillosas maneras que tienen de estructurar sus pensamientos los arquitectos, la bióloga, los economistas, los educadores sociales, los filósofos, los historiadores -los normales y el otro-, los ingenieros -en todos sus tipos y variantes-, la matemática, los musicólogos, y, por supuesto, otros filólogos, sea cual sea su idioma de preferencia. Admiro vuestras aventuras, vuestras maneras de buscaros la vida, vuestras ganas de vivir, vuestras historias, vuestros viajes, a vuestras mascotas, vuestras aficiones y vuestros objetos especiales; no olvidaré los cafés que algunos bebíais a cada hora -ese c