18. "¿Acaso te parezco un arcoíris doble?"

¡Hola de nuevo, lector!

Hoy vamos a hablar de una película que muchos conoceréis: Whiplash.

Andrew Neiman (Miles Teller) es un estudiante de música obsesionado con alcanzar la perfección y, con ella, la grandiosidad. Terence Fletcher (J.K. Simmons) es su intransigente profesor, a quien parece no importarle poner al límite a sus alumnos si con ello alcanza la deseada excelencia.

Entre algunas de las técnicas que emplea Fletcher, podemos destacar los abundantes gritos en la clase -"¿Acaso te parezco un arcoíris doble?"-, la expulsión injusta de alumnos del prestigioso centro en el que enseña si con eso consigue -desde su punto de vista- presionar a los demás para que sean más eficientes, los insultos, las vejaciones e incluso llevar tan al límite físico al protagonista que este termina sangrando sobre su instrumento, la batería.

A pesar del evidente abuso de poder del docente, los alumnos ansían su aprobación, la necesitan para sentirse válidos. A lo largo de la película, los espectadores nos damos cuenta de que Terence Fletcher no odia a sus alumnos, y probablemente no disfrute haciéndoles sufrir de esa manera; sin embargo, considera que es la única vía posible para llegar a ser grandes, excelentes, memorables. En clase y fuera de ella los castiga, los humilla y los insulta, pero también les da pequeñas dosis de halagos, les muestra su preocupación y los aconseja sobre los caminos que deben seguir. La superioridad del profesor sobre sus alumnos y su planteamiento de premio-castigo justifica que la pedagogía que utiliza sea la tradicional.

La pregunta que debemos plantearnos es la siguiente: ¿merece la pena?

Como este es mi blog y opino lo que quiero, mi respuesta es que no, o al menos no a los extremos a los que los lleva Fletcher. No creo que exista una única vía para conseguir la grandeza. ¿No sería mejor trabajar la forma en la que podrían gestionar el mundo tan competitivo al que tienen que enfrentarse, en lugar de insistirles en la idea de que o se es el mejor, o no se es nada?

Me gustaría, lector, que si no has visto la película, la echaras un vistazo, y si ya la conoces, me encantaría conocer tu opinión. ¿Crees que las intenciones de Fletcher compensan sus actos?

Por último, quisiera mostrarte cuál me gustaría que, como futura educadora, fuera mi verso. No es original, sino que lo he extraído de la película española de 1999 titulada La lengua de las mariposas, que curiosamente aplica una pedagogía en absoluto similar a la expuesta en Whiplash:

"Los libros son como un hogar. En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío".

Creo que, en el futuro, seré capaz de conformarme con que los alumnos aprecien el poder sanador de un libro y, aunque no sean ávidos lectores, sepan que pueden acudir a ellos (o a lo que les haga felices) como yo lo hice.