8. Educación en casa
Estimado lector.
Uno de los temas sobre los que hemos tenido que reflexionar recientemente ha sido el de convertir la casa en escuela.
Desde mi punto de vista, no creo que la educación en casa plantee ningún tipo de desventaja en la socialización de los niños y adolescentes como actualmente se suele argumentar, puesto que esa falta de compañeros en las aulas es fácilmente corregible a través de actividades extraescolares o, simplemente, quedando con ellos después de clase o los fines de semana.
No obstante, no me parece justa la actitud de algunas personas que defienden los muchos beneficios que sin duda tendrá el homeschooling. Está más que claro que si estás de acuerdo con esta práctica y puedes llevarla a cabo, lo harás bajo la responsabilidad que conlleva. Sin embargo, no podemos olvidar que no todo el mundo puede permitirse educar a sus hijos en casa, y por ese motivo optan por la educación tradicional en las aulas. Hay familias en las que ambos progenitores están fuera del domicilio familiar porque deben acudir al trabajo; en otras ocasiones, a pesar de que uno de ellos se quede en el hogar, quizá no posea las herramientas para transmitir conocimientos curriculares a sus hijos. Creo que, quienes quieran defender la educación en casa, tienen el derecho a hacerlo, siempre y cuando reconozcan que se trata de un privilegio que no todos pueden permitirse.
En definitiva, no considero que a mí me corresponda juzgar a aquellas familias que optan por el homeschooling porque no conozco apenas nada de la práctica. Lo que sí quiero destacar es que cada familia, dentro de la legalidad de nuestro país, puede elegir el tipo de educación que quiere para sus hijos. Si esta elección esté meditada y prevalece la preocupación por los hijos, no somos quiénes para inmiscuirnos en cómo aprenden otros. Quizá esta afirmación tenga algo que ver con cómo es mi personalidad -lo que haga cada quien con su vida me importa bastante poco-, pero me parece que es lo más lógico.
¿Y tú, lector, qué piensas?
¡Hola Alba! Quería preguntarte, independientemente de que en España los padres puedan hacer homeschooling. ¿Crees que el sistema debería asegurarse de esos niños de verdad están siendo educados de manera correcta? Porque yo entiendo que a los padres les obligan a justificar que esos niños están matriculados en algún lugar, pero alguien ve si de verdad les está yendo bien? ¿Crees que a los niños con algún problema les puede beneficiar más un modelo de escuela que otro?
ResponderEliminar¡Hola, Jenni! Desde mi punto de vista, creo que sí que deberíamos asegurarnos de la efectividad de sus métodos. Al final, ellos son los ciudadanos del mañana, y no es solo cuestión de beneficiar a la sociedad con una buena educación, sino en especial, a ellos mismos. Lo que ya no sé responderte es cómo se podría hacer, aunque me has hecho pensar sobre ello y ahora tengo que darle una vuelta.
EliminarRespecto a tu segunda pregunta, no sé muy bien qué decirte. Nunca he vivido de cerca esta situación. Sin embargo, como dice mi madre, con respeto y educación se llega muy lejos, y quizá si estos valores se grabaran a fuego en las cabezas de todos los alumnos, la inclusión sería más fácil en general. Creo que no he respondido a tu pregunta, pero me sigues haciendo pensar y darles vueltas a las cosas. Si se te ocurre alguna respuesta a estas preguntas, ¡por favor escríbeme!
¡Buenos días, Alba!
ResponderEliminarSi en un futuro tuvieses los recursos, las herramientas y el tiempo necesario, ¿estarías a favor de educar a tus hijos con este tipo de educación?
Un saludo.
¡Hola, Nuria!
EliminarLa verdad es que no lo había pensado, porque lo de tener hijos y yo no pega en absoluto jajaja, pero si las circunstancias no me dejan otra alternativa, supiera que soy capaz y aceptando mis responsabilidades (y todo lo que ello conlleva), por qué no. Aunque, como puedes ver, mucho tendrían que alinearse los astros jajaja.