5. Un pulso al fracaso
En la última clase de "Procesos y Contextos Educativos" visualizamos el documental Un pulso al fracaso. El objetivo era reflexionar acerca de las funciones que, según la LOMLOE, debe cumplir el profesorado:
- Artículo 91.1.a) La programación y la enseñanza de las áreas, materias, módulos o ámbitos curriculares que tengan encomendados.
- Artículo 91.1.b) La evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, así como la evaluación de los procesos de enseñanza.
- Artículo 91.1.c) La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias.
- Artículo 91.1.d) La orientación educativa, académica y profesional de los alumnos, en colaboración, en su caso, con los servicios o departamentos especializados.
- Artículo 91.1.e) La atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado.
- Artículo 91.1.f) La promoción, organización y participación en las actividades complementarias, dentro o fuera del recinto educativo, programadas por los centros.
- Artículo 91.1.g) La contribución a que las actividades del centro se desarrollen en un clima de respeto, de tolerancia, de participación y de libertad para fomentar en los alumnos los valores de la ciudadanía democrática y de la cultura de la paz.
- Artículo 91.1.h) La información periódica a las familias sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas, así como la orientación para su cooperación en el mismo.
- Artículo 91.1.i) La coordinación de las actividades docentes, de gestión y de dirección que les sean encomendadas.
- Artículo 91.1.j) La participación en la actividad general del centro.
- Artículo 91.1.k) La participación en los planes de evaluación que determinen las Administraciones educativas o los propios centros.
- Artículo 91.1.l) La investigación, la experimentación y la mejora continua de los procesos de enseñanza correspondiente.
- Artículo 91.2. Los profesores realizarán las funciones expresadas en el apartado anterior bajo el principio de colaboración y trabajo en equipo.
En el documental Un pulso al fracaso se explicaba la existencia de centros de segundas oportunidades que trabajaban con adolescentes que, por causas diversas, no habían podido completar sus estudios en centros convencionales. Su objetivo con la enseñanza no era tanto centrarse en los conocimientos, sino que optaban por una educación en la que destacara el crecimiento personal. En otras palabras, el trabajo que realizan es más educativo que curricular, pues lo que buscan es formar personas para que estos alumnos, que hasta entonces se sentían perdidos y poco valorados, se den cuenta de que son capaces de contribuir en la sociedad y de ganarse la vida por sí mismos.
A pesar de este cambio en las prioridades, creo que cumplirían con las exigencias actuales (debemos tener en cuenta que el documental se realizó en el año 2010), pues programan y enseñan las habilidades que quieren destacar en los alumnos, se realizan evaluaciones, se tutoriza a los alumnos (como vemos, hablan y se preocupan por ellos) e informan a las familias de sus progresos, se los orienta en el ámbito educativo, académico y profesional, se trabaja su desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral, se fomenta la participación en actividades fuera del aula (vemos como varios alumnos colaboran dando clases de informática para adultos), se busca un clima de respeto, se exige la necesaria coordinación entre las distintas instituciones, se convocan asambleas para conocer los puntos que los docentes pueden mejorar y, sin duda alguna, se fomenta la colaboración y el trabajo en equipo entre los profesores.
Evidentemente, cuentan con sus propias limitaciones, pero sin duda alguna, la labor que realizan es fundamental. La coordinación entre los departamentos y las familias es clave a la hora de orientar a unos alumnos que, sin tener ellos la culpa, no se han sentido validados ni útiles. Cambiar la visión que tienen sobre sí mismos es el primer paso para cambiar su autoestima y, por ende, su actitud.
¡Hola! Me ha llamado mucho la atención tu entrada porque has utilizado una foto de Merlí (<333). ¿Hubo algún profesor o profesora en tu instituto que te marcara tanto como Merlí a sus alumnos y se convirtiera en tu referente?
ResponderEliminar¡Hola, Astrid! Qué buena serie es Merlí <3 me alegro de que haya conseguido captar tu atención. Sí, la verdad es que ha habido varios. Por resumirte un poco, Teresa, la profesora de Lengua Castellana y Literatura, entró pisando fuerte ante unos niños de 12 años que al principio temían sus clases, sus negativos y sus análisis sintácticos, pero que terminaron a los 15 años pidiéndole que, por favor, nos diera su correo electrónico para seguir hablando con ella. Félix, el profesor de inglés, es de esas personas que los alumnos defienden porque era estricto, pero justo. Además, nos llevaba a Dublín, ¡no podíamos quejarnos! Juanma, el de latín y griego, me abrió los ojos a una nueva realidad y a una nueva actitud ante la vida. Aún recuerdo el día de carnaval en el que, teniendo examen con él, nos presentamos disfrazados con túnicas romanas y nos pidió hacernos fotos mientras hacíamos el examen para enseñárselo a sus amigos. Por poder hablarte, puedo hablarte hasta de María, profesora de infantil. Aún recuerdo su cariño y conservo un libro que me regaló: El ogro, el lobo, la niña y el pastel. Dije que iba a ser breve, ¡lo siento! En definitiva, creo que la mayoría me han marcado para bien, porque podría decirte nombres y sacar algo bueno de casi todas las clases.
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