1. Persona azul
Para ti, lector.
Mi nombre es Alba García Gómez, y si estás aquí es porque ha llegado el momento de que me conozcas un poco más.
He crecido, caído, jugado, aprendido, vivido, bebido y sufrido en una ya no tan pequeña localidad de Valladolid llamada Aldeamayor de San Martín.
Desde mi infancia sentí inclinación por las letras, lo que me llevó irremediablemente a graduarme en la Universidad de Valladolid de Español: Lengua y Literatura, o como lo seguimos llamando muchos de nosotros, Filología Hispánica. Nos negamos a renunciar al término filólogo que tan vilmente se nos ha arrebatado porque este es, precisamente, el adjetivo que mejor nos describe: amantes de la palabra.
Como curiosidad sobre mi temprana relación con las letras, ya a la edad de 3 años trasteaba entre los libros que estaban a mi alcance de la estantería de mi madre. El resultado de este ritual cotilla era el llanto desconsolado, pues la pequeña Alba no podía evitar frustrarse al abrir los libros y no ser capaz de entender nada. Supongo que tenía prisa por aprender a leer.
Tras la lectura, llegó la escritura, y una vez más mis ganas por dominar las palabras terminaban en llanto. La frustración por no ser capaz de plasmar lo que sentía en un folio me enfadaba, tal y como demuestra la siguiente fotografía.
Ahora que ya has conocido los inicios de mi camino, debes entender a qué se debe el título de esta entrada, "persona azul". Como ya te imaginarás, la persona azul soy yo.
El color azul se asocia, en muchas ocasiones, a tranquilidad, calma, paz y confianza. Sin embargo, en grandes cantidades o dependiendo del tono de azul puede llegar a agobiar, a abrumar, a estresar o a ser símbolo de tristeza o melancolía.
Por eso, cuando a veces no sé cómo describirme, prefiero decir que soy una persona azul.
La libertad para interpretarme es vuestra; seguro que no os equivocáis.
Y si, por último, os interesa conocer mi papel en los estudios que curso actualmente, en concreto el Máster en Profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, lo único que puedo responderos es que espero aprender y aprender a aplicar todo lo necesario para llegar a ser como esos muchos profesores que durante mis años de adolescencia me sirvieron de referentes.
Ojalá, lector, mi pequeña presentación haya sido de tu agrado.
Por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes y buenas noches.
He aquí un ejemplo de ¡cómo se pueden decir tantas cosas de una persona con muy poco! Me ha encantado tu definición como persona azul. Azul claro, oscuro, turquesa, océano, eléctrico...somos emociones y, cada una de ellas, nos ayudan a entender quiénes somos, nos construyen cada día y nos ayudan a mostrarnos al mundo. Gracias por compartir algo tan íntimo y especial con nosotros!
ResponderEliminar¡Escribir para personas como tú es lo que merece la pena! Gracias por tus bonitas palabras una vez más.
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